Desde que somos pequeños, muchos miramos hacia el cielo y nos quedamos con la mirada fija en el vuelo de un avión, de una cometa, de un avión de papel, de un pájaro,... incluso de una hoja que cae de un árbol.
Quizás ya nos indujeron algo, cuando de bebés, nos acercaban la cucharita llena de ese puré de verduritas y nos hacían como que venía un avión, y a ver si abríamos las puertas del hangar... Muy buenas tenían que ser las maniobras de la cuchara y el ruído del motor para dejarles entrar.
Años más tarde lo tuvimos claro. De golpe o gradualmente lo supimos. Quizás alguien nos preguntó que qué querríamos ser de mayores. Respondimos: "Quiero ser piloto".
Para aprender a pilotar pasamos por una fase de teoría, luego se empieza a practicar en simuladores y finalmente toca volar en aviones reales, primero acompañados con instructor y después, por fin, solos.
Una vez obtenida tu licencia de piloto seguro que deberás practicar esas maniobras más complicadas. Los simuladores son la forma más segura de ir mejorando nuestros procedimientos.
Los días de meteorología adversa no podemos ir a volar con el avión, pero estos días son excelentes para hacer prácticas en el simulador de vuelo.
Cuando te presentas a entrevistas de trabajo es bueno repasar y refrescar los procedimientos en un simulador. Llegarás preparado como ya lo han hecho muchos de los usuarios que han visitado la Simuteca.
